Esta etapa del programa no es para padres, es para hijos. El propósito más grande de este tiempo es sanar y profundizar nuestra relación con Dios Padre, conocerlo como nuestro Padre, aprender a ser hijos y dejarnos amar por Él. El segundo propósito será sanar las heridas más profundas que todos tenemos, que son aquellos producidas por nuestros padres. Finalmente, para aquellos que son padres, otro propósito que se cumplirá, es que saldrán de estas doce semanas con tareas y herramientas para cumplir con una gran misión: Ser usados por Dios para sanar el corazón de sus hijos.
Modalidad
Presencial y Online
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